En los últimos años el político que mejor ha potencializado los errores de sus adversarios y buscado minimizar los propios ha sido AMLO; el tabasqueño constantemente le pone rostro, apellido y color a la corrupción, al abuso de poder y a la impunidad: básicamente son cualquiera que se le opone.
En Oaxaca y en casi todo el país volvió a arrasar MORENA, otra vez los electores salieron a votar motivados por el odio y el rencor; nuevamente los votantes no fueron atraídos por las propuestas o por un ánimo de renovación. Nuevamente MORENA triunfa gracias a la incapacidad de la oposición para conseguir que el electorado crea en ellos nuevamente.
Los candidatos de MORENA en su mayoría hicieron del apoyo incondicional a la 4T su principal propuesta, no era necesario presentar ideas nuevas: con solo seguir alimentando la enorme hoguera que AMLO llama cuarta transformación era más que suficiente. Seguir alentando al electorado a salir a votar para castigar los errores del pasado y no para premiar los aciertos del presente (casi inexistentes) fue una estrategia que le entregó buenos dividendos a los candidatos de morena y sus aliados.
La desmedida división entre los buenos que votan por MORENA, y los malos que votan por cualquier otro que no apoye al presidente, nos deja indefensos y a merced de los caprichos y ambiciones de un solo hombre. Votar por uno u otro partido no está mal, incluso que existan diversos partidos e ideologías es sano para una democracia, lo que enciende los focos de alarma es que pasado el proceso electoral se acentúen las diferencias cuando lo que se debe de buscar son las coincidencias.
Negarnos a escuchar al otro fortalece al partido hegemónico y al autócrata que vive en palacio nacional, por ello pasado el proceso electoral debemos de reconciliarnos y buscar las soluciones desde la ciudadanía y abandonar la idea de un proceso transformador impulsado por un mesías tropical. Solo los ciudadanos seremos capaces de hacer que México Evolucione.
Apenas concluido el proceso electoral de forma muy conveniente el presidente lanza tres posibles reformas constitucionales: la eléctrica, electoral y de seguridad. Las últimas dos son las que deben de preocuparnos pues buscan debilitar al INE y militarizar al país respectivamente.
Estas reformas son graves pues se pretende que la guardia nacional pase a manos de SEDENA, también se busca debilitar al INE y al Tribunal Electoral con el pretexto de que nuestra democracia es muy cara y en ese sentido el presidente quiere eliminar a los Diputados que representan a minorías opositoras.
Ya no importa por qué partido hayas votado, ahora lo único que importa es que le amarremos las manos al poder, pues lo único que lo había hecho contenerse era este proceso electoral pasado. Si los ciudadanos debemos organizarnos, participar y proponer porque solo así empezaremos a mejorar nuestro país.
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