Parasite, la mejor película que he visto desde Whiplash, tiene la que es para mí, la mejor escena en este lustro: El Diluvio.
El Diluvio muestra como un fenómeno natural tan normal como la lluvia repercute de forma distinta a las clases sociales. Mientras que, por un lado, la familia rica la ve por su ventana y tiene una escena romántica-sexual; por otro lado, la pobre ve como sus muy pocos bienes son destruidos y literalmente su vida se va al caño. Esta escena muestra la desigualdad de clase en su forma más pura y dolorosa.
Esa escena tan magistral, se volverá real en estas semanas en Oaxaca, en el país y en el mundo, pues muchos contaremos con el privilegio de trabajar desde nuestros hogares, de comprar víveres para 15 días o un mes, etc. Sin embargo ¿Cuántos no podrán hacerlo?
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, en Oaxaca hay poco más de 1.8 Millones de personas con empleo en la entidad; sin embargo, casi el 75% de estas trabaja de forma informal y para poner esto en contexto, a nivel nacional esta tasa es del 51% así que en la entidad hay un problema y grave.
Lo anterior implica que, de entrada, hay 1.35 millones de oaxaqueños trabajadores que no cuentan con ningún tipo de seguridad social ni para ellos ni para sus familias, así que no pueden dejar de trabajar porque dependen de sus ventas día a día y si se llegan a enfermar no contarán con acceso al IMSS o ISSTE, y tendrán que ir a algún hospital privado, o bien esperar filas interminables y desabastos en el INSABI.
En Oaxaca, hay poco más de 834 mil mujeres mayores de 15 años que trabajan, y de estas 638 mil tienen hijos, o sea el 76% de las trabajadoras de Oaxaca son madres, y en un sistema machista como este donde la mayor parte del cuidado del hogar y la educación de los hijos depende de estas, podremos decir que 638 mil familias tendrán problemas al no tener donde dejar a los hijos.
Y, por si fuera poco, hay 69 mil madres solteras que trabajan de forma informal. Esta cuarentena para ellas será todo, menos vacaciones.
Solo para poner un último dato, en Oaxaca el 60 % de la población no puede pagar su canasta alimentaria solo con los ingresos que la da su trabajo, o sea, necesitan de programas de gobierno y otras formas de financiarse para algo tan básico como comer todos los días. Y ahora, imaginémonos lo que sufrirán ellos si caemos en pánico y hacemos que los bienes suban de precio debido al aumento en la cantidad demandada de estos.
No romanticemos la cuarentena, el aislamiento y el egocentrismo, pues nuestra comodidad es solo un privilegio de clase.
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