El hospital de la niñez oaxaqueña llevaba más de 10 años en proceso de construcción, un proceso poco claro en el cuál José Murat Casab, Ulises Ruíz y Gabino Cué Monteagudo realizaron inversiones exorbitantes sin que se mostraran resultados claros.
En dicha obra los cambios fueron constantes no solo por los titulares del poder ejecutivo en nuestro Estado quienes buscaban concluirlo sino en el diseño, la nomenclatura y la inversión.
En un inicio Murat Casab adquirió el terreno con el objetivo de construir nuevas oficinas administrativas de los Servicios de Salud de Oaxaca, no obstante, el proyecto cambió con la llegada de Ulises Ruiz quien anunció la construcción del Hospital de la Mujer Materno Infantil, así mismo, en el año 2009 Ruiz Ortiz prometió una obra de más de 17 mil metros cuadrados que estaría concluido en mayo de 2010 y ayudaría a desahogar el 70% de la demanda del Hospital General “Aurelio Valdivieso”.
No obstante, 10 años después, su mala planeación y lenta construcción generó un costo de más de mil 400 millones de pesos, eso sí, sin contar con la totalidad el equipo.
Al frente del gobierno del Estado arribó Gabino Cué quien a pesar de recibir un avance del 79% se escudó en que la falta de presupuesto no le permitiría continuar con el proceso de construcción del inmueble.
La luz parecía verse tras la fase de reconstrucción tras los sismos de 2017 pues la intervención militar fue aprovechada para firmar un convenio entre la SEDENA y el Gobierno del Estado con el proceso de concluir la obra con un ingreso de 217 millones de pesos.
En tiempo record la SEDENA logró terminar el proyecto que durante 18 años nadie había concluido, sin embargo, quedaba a la espera de iniciar funciones.
Tras el video difundido en los últimos días, en donde se observa al gobernador Murat Hinojosa anunciando la apertura y destinando el uso del hospital para el tratamiento de personas infectadas con el covid-19, comprueba que solo una pandemia, hace que las autoridades encargadas de velar por la salud de Oaxaca, demuestren el suficiente interés para ponerlo en marcha, el mismo llevaba estancado más de una década, en la cual se ha ignorado el tratamiento de mujeres y niños.
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