La compra de unidades para la detección del VIH/SIDA fue simbólica ¿Simbólicos también fueron los casi tres millones de pesos que se gastaron?
Por Alex Hernández e Ixchel Guzmán
El 29 de noviembre del año pasado, con bombo y platillo se anunció la compra de tres unidades móviles de detección de VIH que el Consejo Estatal para la Prevención y Control del Sida (Coesida) haría con la transferencia de los 2 millones 793 mil pesos que la Secretaría de Servicios de Salud de Oaxaca anunció aquel día. Casi tres meses después, las unidades móviles aún no están en poder del Coesida.
La respuesta institucional al cuestionamiento sobre la ubicación y rutas en que funcionan las unidades móviles de detección, anunciadas en 2019, fue la siguiente: “La entrega del presupuesto fue simbólica, las unidades aún están en proceso de compra”. Tal señalamiento todavía puede ser aceptable, si se toma en cuenta que el nuevo ejercicio fiscal inició apenas hace dos meses y que cuando se anunció la compra estaba por cerrar el anterior ejercicio fiscal.
Sin embargo, es necesario tener evidencias para poder confiar y, al mismo tiempo para poder afirmar o negar los hechos. Con esta consigna, fue solicitada la información pertinente para conocer cuándo inició el proceso de adquisición de las unidades móviles para la detección del VIH. A esta solicitud, ni la Secretaría de Finanzas, ni el mismo Coesida respondieron, a pesar de ser un a obligación constitucional.
A la fecha, las solicitudes de información realizadas en la Plataforma Nacional de Transparencia con folio 00102520 y 00102320, dirigidas a la Secretaría de Finanzas, así como los folios 00102420 y 00102120, dirigidas al Coesida (aun después del plazo legal establecido), ninguno de estos dos órganos ha podido transparentar los programas anuales de adquisiciones del 2019 y de 2020, así como tampoco el clasificador por objeto del gasto de los mismos periodos, del Coesida.
Por lo tanto, además de no poder afirmar o negar la compra de las unidades anunciadas, tampoco es posible saber en qué se ha gastado el presupuesto de 9 millones 554 mil 081 pesos asignado a Coesida en 2019, o a para qué se ha planeado gastar los 9 millones 897 mil 296 pesos presupuestados en 2020 para esta misma entidad.
Ante esta opacidad, es imposible afirmar o negar la adquisición real de las unidades para la detección del VIH, anunciadas en noviembre del año pasado. No obstante, lo cierto es que, según estadísticas del Coesida, en Oaxaca existe un porcentaje de mortandad del 52% por esta epidemia, cifra por arriba del porcentaje nacional, que es del 36%. El mismo organismo registra 7071 casos de personas con este padecimiento, entre los años de 1986 a diciembre del 2019, lo que coloca en el noveno lugar, de casos de VIH/Sida registrados a nivel nacional, al estado de Oaxaca. Los Valles Centrales, el Istmo y Tuxtepec, son las regiones que registran el mayor número de incidencias de dicha enfermedad.
La problemática se agudiza debido a que no existe claridad en las cifras ni una tendencia concordante de crecimiento o disminución de esta enfermedad en el estado. De acuerdo a los datos del Censida la cifra ha incrementado, pasando de notificar 180 casos en 2018 a 214 en 2019. Sin embargo, registros del Coesida exponen un decremento en la epidemia, con 268 casos asentados en 2018 y el registro de 231 casos en 2019. La divergencia de los datos de ambos órganos dificulta alcanzar el objetivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, de erradicar el padecimiento para el año 2030, quedándose muy corto con respecto a lo esperado hasta esta fecha.
Aún con el panorama descrito, los encargados de hacer frente a la epidemia de VIH/sida que aqueja a Oaxaca están rebasados por la situación, la opacidad de los recursos destinados a erradicar esta epidemia permanecen sin esclarecimiento y las estrategias implementadas desde los sectores correspondientes del gobierno estatal están llenas de actos simbólicos que no surten efecto a estadísticas que son mucho más reales que sus eventos protocolarios.